Mi pueblo (y el del Sr. Marqués) es el más bonito del mundo. Y punto. Esta afirmación sólo la pueden entender quienes sean de pueblo, o bien hayan nacido en una gran ciudad y hayan pasado los mejores veranos de su infancia allí como yo.
Este sentimiento de orgullo de pertenencia se acrecienta cuando llegan las fiestas patronales. Las más destacadas de Cetina son las que se celebran en mayo, del 18 al 22, reconocidas en 1996 como Fiestas de Interés Turístico de Aragón. Os cuento en este post y en la sección «en 3 pasos» los actos más destacados del comienzo de las fiestas y del día grande (el 19 de mayo).
La víspera
Aunque los preparativos han comenzado en el mes de abril (ver sección en 3 pasos) el día de la víspera ya desde por la mañana se respira un ambiente de nerviosismo y prisas por llegar a tiempo y dejarlo todo listo para el día siguiente.
Por la mañana, los más pequeños del pueblo (hasta los 7 años, aproximadamente) realizan su particular homenaje a la contradanza en el patio de la escuela. Son la cantera de los futuros contradanceros, y antes aún- sólo uno o dos años después- de los danzantes.
Dicen los expertos (es decir, cualquier cetinero), que en el ensayo en la Ermita de San Juan Lorenzo es cuando mejor salen los bailes (quien quiera comprobarlo, abajo está el link con los vídeos).
Los ensayos comienzan a las 4 de la tarde, se recomienda ir antes para coger el mejor sitio (eso sí, a cambio habrá que colaborar sacando los bancos de la iglesia a la calle para hacer hueco y que se pueda bailar). La recompensa de ver estos dos ensayos tan de cerca y en ese entorno, merece la pena.
Primero se ensaya el dance y luego la contradanza. Los danzantes tienen que irse al terminar su parte, ya que deberán vestirse y prepararse para la procesión.
Los gozos de San Juan Lorenzo
A las 7 de la tarde, el mayoral y el zagal (que son quienes dirigen el baile vestidos de pastores) del dance se reúnen con los danzantes, que ya están ataviados con su traje blanco y azul, distintivo de este día de víspera.
En su camino primero recogerán a las varas en cada una de sus casas (San Juan Lorenzo tiene 5 varas o personas que, junto a sus familias, contribuyen especialmente a las fiestas, (los detalles en «Cetina en 3 pasos«).
Después acompañan a la procesión, para llevar a la Virgen de Atocha y a San Juan Lorenzo hasta la iglesia principal, la de San Juan Bautista, donde se cantarán los Gozos de San Juan Lorenzo. Allí, ambas imágenes aguardarán hasta el día siguiente para engalanarse y volver a salir de procesión.
Durante el recorrido, los danzantes realizan varias paradas en las que adelantan algunos de los bailes que se harán al día siguiente en la Plaza de la Villa.
Una vez concluida la procesión, es el momento de celebrar con todo el pueblo que arrancan las fiestas: a las 9 de la noche en la plaza (o en el pabellón municipal a cubierto si llueve) el ayuntamiento reparte melocotón con vino amenizado con música de una charanga.
El último ensayo
La actividad en las casas de los danzantes el 19 de mayo empieza de madrugada, para vestirlos adecuadamente con los trajes (esta vez de color blanco y rojo), labor de una gran complejidad. A las 9 de la mañana se realiza el último ensayo en la Plaza de la Villa, actividad que se compagina con la colocación de las rosquillas por parte de las varas en las peanas de la Virgen de Atocha y San Juan Lorenzo.
Tras un pequeño descanso, a las 10 de la mañana los danzantes se dirigen de nuevo a casa de las varas a buscarles, y también pasan por casa del alcalde y del cura, realizando el recorrido esta vez ya bailando.
Después se dirigen a la Iglesia de San Juan Bautista, de donde salen San Juan Lorenzo y La Virgen de Atocha engalanados a ritmo del Himno de España. De allí partirá la procesión, que concluirá con la representación final en la Plaza de la Villa.
Los danzantes acompañan bailando la procesión siempre mirando hacia el santo, es decir, bailan de espaldas hasta que llegan a la plaza. Durante la entrada a la misma, las varas que llevan la peana del santo bailan también, para homenajear la antigua costumbre en la que San Juan Lorenzo se movía al ritmo de la música en distintos momentos de la procesión.
El dance en la plaza
El silencio absoluto con el que se recibe la procesión en la plaza se rompe con los aplausos de los cetineros al colocarse a la Virgen de Atocha y a San Juan Lorenzo en su sitio, al igual que los danzantes, el mayoral y el zagal. Acompañados de palos, espadas o castañuelas, van realizando distintos bailes en honor del santo, como los «valseados», «la rueda de los pitos», «San Juan Lorenzo Mártir» o «la rueda de las espadas».
Una vez concluidos los bailes, los 8 danzantes, presentados por el mayoral, cuentan con un particular tono la vida de San Juan Lorenzo, a partir de los «dichos» (ver vídeo abajo). La representación concluye con un diálogo entre el mayoral y el zagal, que sirve como recorrido satírico por los acontecimientos más destacados del pueblo de ese año, y una loa al patrón de la localidad (San Juan Lorenzo, nacido en Cetina en 1340, ajusticiado en Granada el 19 de mayo de 1397 y santificado en 1731).
Documentado desde el siglo XVI, el dance de Cetina es uno de los más antiguos de Aragón. Su enseñanza a través de varias generaciones de familias y el compromiso y esfuerzo de los participantes hacen que se siga llevando a cabo como antaño.
Una vez concluido el dance, es hora de ir a misa y al vermouth. Después, comida familiar (es costumbre que las varas inviten a comer a los danzantes, al mayoral y al zagal a sus casas) y otro breve descanso para seguir con las celebraciones del día. Ahora le toca el turno a la contradanza.
Fuego en la oscuridad
Al igual que en el caso de los danzantes de madrugada, ahora la actividad frenética de la tarde se vive en la casa de los contradanceros. El proceso para ponerse los trajes puede conllevar horas, por el esmero que hay que poner para que vayan bien cosidos, es cuestión de seguridad según van componiendo las diversas figuras.
Una vez que están todos preparados, se dirigen al punto de encuentro, la casa del diablo, de donde partirán para realizar el encendido de las hachas (ver sección «en 3 pasos«) en la puerta de la casa de la primera vara.
Desde allí comienza la ronda, para visitar la casa del alcalde y la del cura. Después se dirigen a las inmediaciones de la plaza, donde ya se puede mascar el nerviosismo previo al inicio de la contradanza, marcado por el diablo ordenando a los contradanceros que se pongan las caretas.
Los contradanceros entran en la plaza al ritmo de pasodoble, hacen un paseíllo y se colocan en su posición para empezar el baile. En mitad de un completo silencio, comienzan a sonar las notas de una melodía repetitiva que llega hasta el corazón de los cetineros. Las luces de la Plaza de la Villa están apagadas, el baile se representa en la oscuridad, sólo rota por la luz de las hachas.
Durante la contradanza, que dura cerca de 2 horas, se ejecutan unas 30 figuras o «mudanzas«. El baile concluye con una representación del afeitado del diablo, en el que finalmente se le da muerte, y con el grito de júbilo «¡Viva San Juan Lorenzo!» coreado por todos los presentes.
Estas mudanzas representan tanto figuras paganas, como «el Dios de las aguas», «la araña» o «el batán por alto», como religiosas, entre las que no pueden faltan «el retablo» (una de mis favoritas, ver vídeo) o las dedicadas a los patrones de la localidad como «San Juan Lorenzo» (foto de abajo y vídeo).
Una de las más espectaculares es «el castillo», por la dificultad que entraña realizar la figura, el peligro que supone y la combinación de fuerza y equilibrio que supone.
No se conoce cuál es el origen de la contradanza, se cree que podría provenir de las danzas célticas que celebraban el plenilunio. La primera documentación escrita que existe data de 1751. Consiguió un gran reconocimiento en 2012, al ser declarada Bien de Interés Cultural Inmaterial de España.
Cetina es mi pueblo y el del Sr. Marqués 19 de mayo de 2020
Cetina en 3 pasos: https://www.3xelmundo.com/cetina-3p-parte-i/
Cetina (parte II): https://www.3xelmundo.com/cetina-parte-ii-y-viva-santa-quiteria/