Cómo llegar en avión
Nos llevó horas y horas encontrar cómo llegar hasta La Isla, y al final cogimos la opción que no era la más económica, pero que se adaptaba a nuestros horarios ya que, a la vuelta, teníamos que coger el vuelo que nos traería a España.
Así, cogimos un vuelo desde Chiang Rai hasta Bangkok a primera hora de la mañana que nos llevaba al aeropuerto de Suvarnabhumi. Teníamos una opción más económica para ir al aeropuerto de Don Mueang, pero luego en la capital había que cambiar de aeródromo, así que pagamos más para evitar un traslado que nos hubiera llevado como hora y media. De allí, otro vuelo con Thai Airways hasta Ko Samui. En total, los dos vuelos nos salieron por menos de 200 euros.
Y después al barco
Una vez que llegas al aeropuerto de Ko Samui, hay varios mostradores de las compañías de ferry que viajan hasta Koh Tao. Te ofrecen un combinado de autobus al puerto + billete de ferry, cuyo precio es de unos 500-700 baths (entre 10 y 15 euros) y el trayecto dura unas 3 horas, aproximadamente.
En ese momento es donde nos equivocamos al elegir la compañía, por el cansancio que llevábamos encima (era la 1 de la tarde y ya llevábamos muchas horas despiertos y dos vuelos) y la precipitación. Queríamos coger uno que salía sobre las 3 de la tarde, pero nos equivocamos al elegir la compañía. Así que, finalmente, nos montamos en el autobús de otra que nos dejó en un embarcadero pequeño y desértico donde pasaríamos las próximas 3 horas hasta coger el barco.
¿Cuáles son las otras maneras más económicas de llegar hasta Koh Tao? Si dispones de tiempo, ir el tren o en autobús desde Bangkok hasta Chumphon o Surat Thani y allí coger el ferry. En el trayecto inviertes unas 24 horas, pero la reducción de precio puede ser considerable.
El pueblo llano de Ko Samui
Mientras esperábamos el ferry en ese embarcadero, yo me dedicaba a juramentar en arameo por la pérdida de tiempo, y por las nubes que veía en el cielo amenazando lluvia. Desde Isla Tortuga Divers me intentaban calmar por whatsapp asegurándome que podría bucear al día siguiente. Hara con su espíritu zen también trataba de tranquilizarme y el Sr. Marqués propuso ir a dar una vuelta por los alrededores a ver si así pasábamos mejor el tiempo y era capaz de amansar un poco a la fiera en la que me estaba convirtiendo por momentos.
Lejos del lujo de los hoteles de Ko Samui y sus playas paradisíacas, lo que nos encontramos alrededor del embarcadero fueron unas pocas casas humildes, un 7-Eleven, por supuesto, y un mercado local donde se combinaban los puestos de comida con los de animales vivos (ranas, culebras y peces), con una etiqueta en la que identifican cada pez con sus «beneficios»: suerte, amor, dinero…
Alojamiento en Koh Tao
Existe una oferta muy variada de alojamiento, que va desde los establecimientos más modestos hasta resorts de lujo, ubicados a pie de playa o perdidos entre la frondosa vegetación de la montaña.
Nosotros elegimos el DD Hut Koh Tao , de gama media, (pagamos unos 30 euros por persona haciendo un exceso con desayuno-buenísimo, por cierto- por una habitación triple en una cabaña). Impresionante. Una infinity pool que disfrutamos en distintos momentos del día, tranquilidad absoluta, una habitación amplia y limpia, un personal super amable (nos llevaron gratis el último día al ferry) y cercano al centro de buceo elegido. Totalmente recomendable.
Dónde comer
La playa de Sairee está bordeada de establecimientos de restauración, donde tomar una cerveza por la mañana, comer, ver atardecer desde una tumbona o salir a cenar. Hay un punto de la playa que nosotros denominábamos «Magaluf», porque ahí empezaban a proliferar bares irlandeses con partidos de fútbol o rugby, y un montón de establecimientos de comida rápida e internacional. Nosotros preferimos quedarnos en la «parte de los buceadores», con restaurantes de pescado y de comida tailandesa.
Dentro de estos establecimientos, la oferta también es amplia, yendo desde el Coffee Boat, por ejemplo, donde puedes degustar un más que correcto pad thai por 40 baths (1 euro) o el Blue Water, ideal para tomar un café o una cerveza por la mañana o para ir a cenar por la noche: mesas de madera, pies- descalzos-por supuesto- en la arena, música de dj, velas en las mesas y un pad thai digno de cualquier foodie de instagram por 120 baths (unos 3 euros).
Buceo en Koh Tao
Si una isla tiene 21 kms. cuadrados y más de 70 centros de buceo, es por algo. Sus increíbles fondos marinos, bien lo merecen. Todo está perfectamente organizado para compartir barco común entre los centros y las salidas coordinadas para los distintos puntos de inmersión.
Yo buceé con Isla Tortuga Divers, uno de los centros de buceo de habla hispana de la isla. Tuve suerte porque no había mucha gente en septiembre, así que hice mis inmersiones con un monitor (2 monitoras de hecho, a cual más encantadora) para mí sola cada día, todo un lujo. Fue una experiencia increíble y un aprendizaje acelerado. Conseguí conocer a una señora a la que llaman «flotabilidad» en el mundo del buceo, y acercarme a los corales y llevarme sólo una herida en el brazo (que me dolía más por haber podido dañar al coral que por otra cosa, y puedo asegurar que duele bastante).
Al caer la noche
Tan conocido es Koh Tao son sus fondos marinos como su vida noctura. Variada, animada, hay fiestas temáticas en distintos bares hasta el amanecer.
Como yo tenía que levantarme muy pronto para madrugar y estar en condiciones para bucear, la última noche fue la única que salimos, nos lo íbamos a perder. Para más irni había fiesta latina en el bar Leo y allí que nos fuimos: espectáculo de fuego, buen ambiente y algo que para mí no está pagado con dinero: bailar descalza. Sólo me puse las chanclas para ir al baño.
Ambiente bohemio
A los establecimientos de Koh Tao se entra descalzo. Así nos pasó, que al final terminamos andando descalzos también por la calle (cosa que a mí me encanta particularmente) por no andar poniéndonos y quitánonos las chanclas a cada paso. Una de las monitoras con las que buceé me contó que llevaba 6 meses en La Isla y que no se había calzado en todo este tiempo.
En Koh Tao se respira un ambiente bohemio, con mochileros que acuden allí desde cualquier parte del mundo, de buceadores de paso, y de aquellos que llegan, se enamoran de la isla y se quedan un tiempo indeterminado. Todos descalzos.
Otros atractivos turísticos
De esos de los que no puedo hablar más que de oídas, porque nos faltaron días para descubrirlos todos. Sólo conozco la playa de Sairee, pero he visto fotos de otras impresionantes e incluso con menos gente, en el norte y en el sur de la isla.
El interior también tiene fama bien ganada por su naturaleza salvaje, hay rutas organizadas de trekking y de quads, ya que no es recomendable aventurarse sólo (no hay cobertura móvil y es muy fácil perderse). Desde los puntos más elevados de la isla, diversos miradores ofrecen unas vistas espectaculares.
Nos quedan muchas excusas para volver.
Post sobre Koh Tao: https://www.3xelmundo.com/koh-tao-la-isla/